Aquel día fue tremendamente mágico. Mis amigos me había hablado del Minecraft, como un juego que estaba empezando a tener mucha fama. Así que yo, que era un auténtico fan de los videojuegos, me dispuse a descargarlo. Me acuerdo, de llegar aquel día a mi casa, saludar a mi madre y pasar totalmente de comer. Me fui directamente a mi sala de juegos y busque el Minecraft por todo Google. Después de un buen rato, por fin había descargado Minecraft.
Entre en Minecraft me creé un mundo, y lo primero que hice fue pensar en la basura de ordenador que tenía, ya que la pantalla se veía super pixelada (y en aquella época tampoco era que los juegos tampoco fueran una maravilla). Así que llame a mi padre (que es informático) y le pregunté si a la tarjeta gráfica le pasaba algo. Miro la torre, reviso el ordenador bastantes veces y dijo (por primera vez en su vida) que no sabía que le pasaba al ordenador. Así que llame a mi amigo y le dije que si podía ir a su casa, porque a mi ordenador le pasaba algo. Me pregunto que le pasaba, y con toda la inocencia del mundo se lo explique. Él no se paro de reír en bastante tiempo, y cuando por fin paró, me lo explico todo con más detenimiento.
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